Mi primer 10k: arrancó y terminó donde dice 4km (sí, pasamos 3 veces por ahí) Al final el tiempo oficial fue 1.13.39, un éxito total. |
Lo primero es llegar y ver de tres a cuatro mil personas pasándolo bien, muchos de ellos incluso calentando al ritmo de zumba y de cross fit. Calentar, pensaba yo, estoy suficientemente tenso como para doblar siquiera la pierna, y ésta gente saltando y bailando... Luego caminamos hacia el punto de partida y allí pude palpar de primera mano el entusiasmo con el que viven estas carreras las personas para las cuáles participar en las mismas ya no es novedad -como en mi caso- sino un estilo de vida: hay grupos, muchos grupos de corredores que practican diaria o semanalmente y hasta están organizados: tienen nombre, camisetas que los identifican, inclusive un líder con un cartel que indica el tiempo que tienen previsto hacer en la competencia. Por allí el cartel de una hora, por acá el de 1.15. Como yo nunca he corrido 10 kilómetros, no tengo la menor idea del tiempo que puedo hacer -para ser franco, ni siquiera tengo idea si terminaré la competencia- pero se me hacen tiempos dificilísimos. Obvio también veo muchos grupos de amigos, o familias que sin una organización particular están ahí para pasarlo bien, y muchos con pinta de corredor menos experimentado, o sencillamente debutantes como yo.
De tanto hidratarme previo a la carrera, al momento del inicio tenía unas ganas enormes de ir al baño, pero tenía que estar loco para moverme de ese mar de gente y del lado de mi amiga que me había motivado hasta el cansancio para que corra la carrera. Ya se me pasará pensé, sin saber que correría casi todos los diez kilómetros con esas mismas ganas...ya en los dos kilómetros finales ni me acordé, tan concentrado que estaba en llegar a la meta.
Antes de iniciar la carrera |
4222 inscritos, entusiasmo al por mayor (Foto: Facebook de Kilometros por la Educación) |
En el camino uno ve cosas de todo tipo, de esas que conmueven y hacer reflexionar. Por un lado, la gente al costado del camino alentando, o los propios corredores que alientan a quien entienden lo necesita, mucha solidaridad. Por el otro los competidores en silla de ruedas, ejemplo de vida sin duda alguna, aunque yo me quedo con aquel señor que, bandera dominicana en mano, participó a los saltos, porque sólamente cuenta con un pie y una mano. Me emocionó. Yo lo pasé y lo dejé atrás, luego de darle ánimo junto al resto de los que pasaban conmigo, pero estoy seguro que debe haber hecho todo el esfuerzo para llegar a la meta, en su tiempo y en sus condiciones, dejando todo por hacerlo. Casos que le recuerdan a uno que más que no poder, lo que suele sucedernos es que no queremos o ni siquiera intentamos, que el límite nos lo ponemos nosotros mismos.
Un ejemplo admirable, la foto se explica sóla, las palabras sobran (Foto: Facebook de GatoradeRD) |
Pero cuando llegué a la señal del kilómetro 9 tuve un pequeño momento de desconcierto. De repente me sentí corriendo apresurado, saliéndome de mi paso. La emoción seguramente. Nuevamente reagrupé fuerzas, ordené ideas y volví a mi ritmo hasta que comencé a ver la meta a lo lejos y a escuchar la canción de Rocky en los parlantes del estrado principal. Admito que me emocioné, se me puso la piel de erizo, se me hizo un nudo en la garganta y ahí sí apuré el paso. Y cuando crucé la meta grité par de malas palabras más propias de celebración de gol en el estadio que de pichón de maratonista. Pero me salieron del alma, y con lo alta que estaba la música con suerte sólo me escucharon en par de cuadras a la redonda. Lo había logrado. Era un reto personal y lo había cumplido. Por primera vez en mi vida corrí diez kilómetros. Y encima no lo hice mal: 1.12.50 me indicó el Run Keeper, 1.13.39 fue el tiempo oficial que consta en la página de Gatorade. ¡En menos de aquel 1.15 que me había parecido de marcianos antes de la carrera!
Y me di el gustazo... esa medalla vale oro |
Después el desorden para recoger la medalla -pequeño detalle que puede mejorarse para el año que viene-; simbólica medalla que conservaré con mucho cariño. Si algún día corro otras 10k, ésta siempre será la primera y por ende, siempre la tendré grabada como un momento donde vencí los límites auto impuestos...y claro, me dí un gustazo del carajo.
* Gracias Rossi, Lissette, Aida, Juan Carlos... por la insistencia y los consejos, valieron la pena. Y gracias a Dios y a la Madre, siempre.