Y resultó que de repente, todos estábamos hablando de Michael Jackson. Unos para bien y otros para mal, pero nadie pudo abstraerse de decir algo tras la repentina muerte del artista. Dicen que no hay novia ni recién nacido feo, ni muerto malo, aunque algunas veces ese refrán no resiste análisis. Entonces disfrazamos la realidad con sutil hipocresía: solemos destacar que el bebe es ‘graciosito’ –aun cuando nunca ha contado un chiste-, para evitar decir que es lindo cuando no lo es; y con la novia, el comentario siempre será que estaba ‘bella’ y el vestido estaba ‘divino’, aunque ya al día siguiente –resaca de por medio- habrá tiempo de acabar a la novia, su vestido, su peinado, el novio, las pobres damas y claro está, como evitarlo, la comida y la bebida.
Con Jackson no ha sido la excepción a la hora de la hipocresía y los extremos. Resultaron melosas hasta el cansancio las múltiples declaraciones de gente destacando las virtudes del buen Michael de modo tal que poco más y el 25 de junio tendría que agregarse en el Santoral el día de San MJ. Pero su muerte también saco lo peor de mucha gente, convirtiéndose de repente en jueces de la Suprema Corte de Justicia, y despachándose con todos los ataques habidos y por haber, condenando al mismo infierno al difuntito por crímenes que cometió, que pudo haber cometido, por los que lo juzgaron, y por los que nunca fue condenado. Y no faltaron claro, aquellos que sinceramente hastiados de la inevitable cobertura mediática, apelaron a una repentina conciencia social internacional reclamando que en Honduras había un golpe, en Irán una revuelta y que las noticias deberían enfocarse en lo que realmente importa y no en MJ, vapuleado en vida y también recibiendo sus ‘chiquitas’ post mortem.
Para mi ni santo, ni demonio, sino un músico y un artista de los mejores. Mi vida está muy ligada a la música –o la música ligada a los pasajes de mi vida en la que escuché tal o cual canción-, y debo reconocer que Thriller fue por allá en el 83 u 84 (deduzco que en el 84 porque los discos y cassettes llegaban con cierto retraso en esa época a mi querido Perú), el primer cassette por el cual insistí mucho para que me lo compren. Cuando por fin lo tuve lo escuché hasta el cansancio en la grabadorita de mano de mi querida abuelita durante los tres meses de verano que solía pasar con ella, en los que eran los mejores tres meses del año durante mi etapa escolar –sí, los de las vacaciones-. Disfrute el video de Beat It, sufrí el de Thriller –no sé si por los zombies o por la sonrisa tenebrosa de Vincent Price-, y traté de forma infructuosa una y otra vez de hacer el bendito “moonwalk” con resultados francamente lamentables, y vistos a la distancia penosamente ridículos. Dos canciones de perfil bajo de ese disco fueron por aquella época mis predilectas: Human Nature y The Girl is Mine, aquel dúo con otro tremendo músico, Paul Mc Cartney .
Después en mi cumpleaños del 85, un amigo del colegio llevó a mi casa un cassette con una canción llamada In Between Days, de un grupo llamado The Cure, y mi mundo musical no volvió a ser el mismo nunca más. Michael pasó a un segundo plano, y luego de We Are The World, no hubo puja por adquirir otro disco del susodicho. Entre el colegio y la universidad fui descubriendo no sólo a The Cure sino la música ochentera que es mi preferida hasta estos días. Alguna de ella algo tarde sí, pero que mas da, igual uno puede seguirla disfrutando hasta ahora. Cómo la música de Jackson seguirá siendo escuchada y disfrutada, aunque sea tardíamente por las generaciones venideras. Porque la música tiene la particularidad de perdurar en el tiempo. Gracias a eso, uno ahora que entra a una fase más madura de la juventud, puede disfrutar la música de Frank Sinatra por ejemplo. Y supongo que de acá a 50 años, se podrá seguir disfrutando de un disco como Thriller, del mismo modo que yo lo hice en su momento, grabadora de mano en el oido, en medio de una agradable tarde de verano en el balcón de la casa de mi abuela, acompañado de ella, mi tan querida y extrañada abuelita.
Que Jackson es bueno, que Jackson es malo, que era un santo, que era un pervertido, y siguen balas para uno y otro lado....la gente seguirá hablando hasta que la tierra cubra definitivamente el cajón y sólo quede la música. Entre todas esas voces, tímida y sollozante, se alzó la de la pequeña Paris que como pudo logró decir en medio de su dolor que “Ever since I was born, daddy has been the best father you could ever imagine, and I just wanted to say I love him so much”). De tantas cosas que se han dicho y se dirán, para Michael Jackson, el ser humano detrás del personaje público, probablemente Paris y sus hermanos sean las únicas personas, y esas sean las únicas palabras que realmente le importaron y le importaran desde donde quiera que esté.
Gracias por la música mi estimado MJ. Después de eso, no estoy para idolatrarte, pero tampoco soy nadie para juzgarte.
Con Jackson no ha sido la excepción a la hora de la hipocresía y los extremos. Resultaron melosas hasta el cansancio las múltiples declaraciones de gente destacando las virtudes del buen Michael de modo tal que poco más y el 25 de junio tendría que agregarse en el Santoral el día de San MJ. Pero su muerte también saco lo peor de mucha gente, convirtiéndose de repente en jueces de la Suprema Corte de Justicia, y despachándose con todos los ataques habidos y por haber, condenando al mismo infierno al difuntito por crímenes que cometió, que pudo haber cometido, por los que lo juzgaron, y por los que nunca fue condenado. Y no faltaron claro, aquellos que sinceramente hastiados de la inevitable cobertura mediática, apelaron a una repentina conciencia social internacional reclamando que en Honduras había un golpe, en Irán una revuelta y que las noticias deberían enfocarse en lo que realmente importa y no en MJ, vapuleado en vida y también recibiendo sus ‘chiquitas’ post mortem.
Para mi ni santo, ni demonio, sino un músico y un artista de los mejores. Mi vida está muy ligada a la música –o la música ligada a los pasajes de mi vida en la que escuché tal o cual canción-, y debo reconocer que Thriller fue por allá en el 83 u 84 (deduzco que en el 84 porque los discos y cassettes llegaban con cierto retraso en esa época a mi querido Perú), el primer cassette por el cual insistí mucho para que me lo compren. Cuando por fin lo tuve lo escuché hasta el cansancio en la grabadorita de mano de mi querida abuelita durante los tres meses de verano que solía pasar con ella, en los que eran los mejores tres meses del año durante mi etapa escolar –sí, los de las vacaciones-. Disfrute el video de Beat It, sufrí el de Thriller –no sé si por los zombies o por la sonrisa tenebrosa de Vincent Price-, y traté de forma infructuosa una y otra vez de hacer el bendito “moonwalk” con resultados francamente lamentables, y vistos a la distancia penosamente ridículos. Dos canciones de perfil bajo de ese disco fueron por aquella época mis predilectas: Human Nature y The Girl is Mine, aquel dúo con otro tremendo músico, Paul Mc Cartney .
Después en mi cumpleaños del 85, un amigo del colegio llevó a mi casa un cassette con una canción llamada In Between Days, de un grupo llamado The Cure, y mi mundo musical no volvió a ser el mismo nunca más. Michael pasó a un segundo plano, y luego de We Are The World, no hubo puja por adquirir otro disco del susodicho. Entre el colegio y la universidad fui descubriendo no sólo a The Cure sino la música ochentera que es mi preferida hasta estos días. Alguna de ella algo tarde sí, pero que mas da, igual uno puede seguirla disfrutando hasta ahora. Cómo la música de Jackson seguirá siendo escuchada y disfrutada, aunque sea tardíamente por las generaciones venideras. Porque la música tiene la particularidad de perdurar en el tiempo. Gracias a eso, uno ahora que entra a una fase más madura de la juventud, puede disfrutar la música de Frank Sinatra por ejemplo. Y supongo que de acá a 50 años, se podrá seguir disfrutando de un disco como Thriller, del mismo modo que yo lo hice en su momento, grabadora de mano en el oido, en medio de una agradable tarde de verano en el balcón de la casa de mi abuela, acompañado de ella, mi tan querida y extrañada abuelita.
Que Jackson es bueno, que Jackson es malo, que era un santo, que era un pervertido, y siguen balas para uno y otro lado....la gente seguirá hablando hasta que la tierra cubra definitivamente el cajón y sólo quede la música. Entre todas esas voces, tímida y sollozante, se alzó la de la pequeña Paris que como pudo logró decir en medio de su dolor que “Ever since I was born, daddy has been the best father you could ever imagine, and I just wanted to say I love him so much”). De tantas cosas que se han dicho y se dirán, para Michael Jackson, el ser humano detrás del personaje público, probablemente Paris y sus hermanos sean las únicas personas, y esas sean las únicas palabras que realmente le importaron y le importaran desde donde quiera que esté.
Gracias por la música mi estimado MJ. Después de eso, no estoy para idolatrarte, pero tampoco soy nadie para juzgarte.
Foto disponible en www.yahoo.com
1 comentario:
Esto de MJ está mortal! (como todo lo que escribes)…ayer se me partió el corazón viendo su niña hablar a un público gigantesco….al fin y al cabo, es sólo una niñita extrañando a su papá….
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