lunes, 23 de julio de 2007

Des-es-3: Terapia Gym

El gimnasio da para muchos comentarios. Que las chicas lindas en licras no aptas para menores de edad, que los shows de los loquitos gym, que la insoportable música "punchi punchi", etc, etc, etc. Pero lo que también es cierto es que el bendito lugar sirve para desestresarse...y mucho.

No soy un loquito gym ni pretendo serlo. De hecho mi constancia en el gimnasio es proporcional a mis ausencias del mismo. Cuando me agarra la fiebre (generalmente cuando el sobrepeso dice basta) se vuelve casi una necesidad, el cuerpo te pide ejercicio. Cuando la pereza triunfa, entonces no hay gimnasio que valga frente a una cama que te arropa traicioneramente en los clásicos 'cinco minutitos' y me levanto, que se convierten en 15 o 30 minutos irremediables.

Ahora volví porque el otro día después de subir los tres pisos al departamento donde vivo (sutíl diferencia con decir 'mi' departamento, algo que espero decir próximamente) me agité peor que jarabe para la tos antes de ser ingerido. Y bueno, uno ni es jarabe, ni está obeso, ni mucho menos viejo como para ponerse en ese plan por par de pisos que uno suba en escalera. Así que ahí volvimos, con mucha pereza, pero con una decisión que al menos por ahora es mayor que la flojera.

Cómo por estas fechas además de 'agitado' uno anda 'estresado' debido a un 'huracán' de trabajo, resulta curioso que por estos días es más interesante el gimnasio por lo que me relaja que por lo que me pueda ayudar a recuperar el físico. El problema del "punchi-punchi" se resolvió con el ipod o en su defecto con el walkman incorporado en el celular -así uno puede escuchar la música que le da la gana y no la insufrible-perorata-tecno-perrera-dizque-musical-, sin importar mucho que tanto audífono pase la factura a largo plazo y de anciano uno tenga que usarlo, pero por sordo. Con la música de uno, la elíptica se hace más fácil y mientras se siente y disfruta un buen tema de The Cure, o clásicos ochenteros de U2, Level 42, Police, Smith, o algún tema de Dolores Delirio, uno puede 'correr' 30, 40, 50 minutos o una hora tranquilamente.

Luego las pesas y las maquinas, con cuidado para no despertar las lesiones del cuello. Y ahí sí, a soltarse del todo. ¿Cómo disfrutar del 'sufrimiento'? Imaginarse la persona, empresa, situación o siguen firmas, que más está embromando la paciencia en la jornada diaria, y entonces sí, estirar el brazo, cargar la pesa, mover la maquina, etc, etc, etc. Si el movimiento se acompaña de alguna exclamación susurrada pero bien sentida del tipo "¡esta va por tí maldita ...(ponga aqui el nombre de la persona, empresa, situación, etc. que le tiene medio loco o loco completo)...! la terapia desestresante estará completa... ¡Luego uno no quiere ni soltar la pesa del gusto que le agarra al asunto!

Haga la prueba, que lo peor que puede pasar es que no pase nada. Eso sí...recuerde calentar antes de ejercitarse. No sea cosa que se pase de la emoción al dolor de un desgarro inoportuno o una contractura que nada cura.

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