viernes, 20 de julio de 2007

I melt with you (tiempos de Lechuga)

"Moving foward using all my breath
Making love to you was never second best
I saw the world thrashing l around your face
Never really knowing it was always mesh and lace..."

Tiempos de cachimbo, tiempos de experiencias nuevas, tiempos de universidad... tiempos de lechuga...

A medida que uno se vuelve un joven más adulto, o lo que es lo mismo más viejo, los recuerdos por lógica añadidura son más y más pero mucho más. Y muchas veces, al menos en mi caso, los recuerdos están relacionados, de hecho muy relacionados, con la música. Es impresionante como escuchar una canción de aquellos tiempos pasados donde se suele decir que todo fue mejor, algo se dispara de manera irremediable en mi cerebro y un nuevo video de la canción, exclusivo para mí, se desarrolla sin parar.

Tenía años, por no decir siglos -aunque es una exageración, en puridad no es tal si tenemos en cuenta que hace apenas siete años cambiamos del XX al XXI- que no escuchaba aquella canción de Modern English, aquel grupo británico de finales de los setentas y principios de la mejor década de todas las décadas, los ochentas, en donde se decía que uno podía detener el mundo y congelarse por el ser amado. Y no hubo vuelta que darle. El dvd de mi cabezota se disparó (aunque siendo recuerdos retro me parece que debería hablar de un vhs o de un beta, peor aún... mi sobrina me preguntaría ¿beta? ¿con qué se come eso?).

Recordé entonces La Lechuga. El recordado auto de marca rusa y de color verde -de ahí lo de Lechuga-, en la que todos los días llegaba a la universidad mi hermano del alma. Y que hasta que la lechugita pasó a mejor vida para dar paso a otro vehículo par de años después -japonés como no podía ser de otra forma-, fue durante aquellos inolvidables años de Estudios Generales Letras, no sólo un valioso medio de transporte para un humilde estudiante peatón, sino también lugar ideal para matar el tiempo entre aquellos interminables 'huecos' entre clase y clase, conversando, hablando de fútbol, de la vida, forjando amistades inextingibles...y escuchando música obviamente.

La Lechuga en su papel musical tuvo una función hasta educadora para mí, que para cuando entré a la universidad, escuchaba casi con exclusividad de lunes a viernes, sábados, domingos y feriados, a The Cure, o mais grande grupo do mondo persecula seculorum, léase mi grupo favorito de toda la vida. En aquel momento estaba realmente enfermo de la cura y todo lo que no fuera una canción de Robert, me daba alergia por decir lo menos.

Hasta que me subí a la Lechuga claro. Una o dos canciones se dejaban escuchar en su equipo de música, de los mejorcitos de esa época donde los que se traían de fuera eran los que marcaban la diferencia. Y siempre que esas canciones fueran conocidas claro está. Llámese Boy's Don't Cry o llámese 'Just Like Heaven'... pero dos y ya...sufi...no abuses compadre... el cassette (¡el cassette!) se salía sólo, o lo sacaban, je..., me acuerdo que uno de los cassettes de The Cure salió tan fuerte -o lo sacaron tan fuerte- que terminó en el asfalto de la Avenida La Marina (también pues... era un cassette que tenía cuatro versiones distintas...¡de la misma canción!, paradójicamente la canción se llamaba "Never Enough", pero en este caso canción y media fue suficiente para que el pobre cassette saliera expectorado sin boleto de regreso... )

Y como de la universidad a la casa habían cuando menos cuarenta y cinco minutos (media hora cuando el corredor de playas lo permitía), entonces tuve que empezar a escuchar aquellas 'novedades' que en realidad tenían más de tres o cuatro años de salidas a la luz pública y que todo el mundo se sabía... menos yo, claro está (en mi mundo thecuriano al menos era recíproco...pocos o ninguno se sabía tampoco M o The FigureHead, algunos de los clásicos más oscuros de las épocas más oscuras de los oscuros Cure).

Allí estaba Phil Collins y Génesis, grupo del cual después me enteré que aquel loquito que cantaba Sledgehammer, ese video de Peter Gabriel que me llamaba tanto la atención cuando salió, había sido su vocalista original. Y estaba John Cougar con su inextingible Jack & Diane. Y no podía faltar Scandal, más que con Goodbye to You, con The Warrior, esa simpática canción donde Patty Smyth nos decía con mucha fuerza en su voz que ella era una guerrera y que "Shootin' at the walls of heartache, bang, bang, I am the warrior...Well I am the warrior, and heart to heart you'll win..if you survive the warrior....the warrior". No me puedo olvidar tampoco que La Lechuga fue testigo presencial del entusiasmo que nos causó "Mr. Jones", aquella canción de Counting Crows, cuando la escuchamos como lo nuevo en "...esto es Radio Doble 9, tu radio rock, en Lima..." (¿sigue viva Doble 9?). Lástima que luego las radios se encargaron de quemar la pobre canción -un dj de Studio 92 la llegó a presentar como 'el señor juan' (¡replop!)- y lástima que Counting Crows luego nunca pudo equiparar su espectacular primer disco (cómo olvidarse de "Round Here", una lenta de aquellas) y ahora es que resugieron algo haciéndole el tema al bueno de Shrek...

Pero la canción que rompió la barrera thecuriana fue probablemente I Melt With You. La Lechuga tenía casi por obligación que pasar aquel cassette single de Modern English donde en el lado B estaba Ink & Paper, otra buenísima canción, y en el A, I Melt With You. Pegajosa, fácil de cantar, y muy ochentera, esa canción nos acompañó en muchas ocasiones, casi siempre en los viajes y cuando no se tocaba, por ahí a pedido del público -bah, léase de mí- no me bajaba del auto sin antes darle una cantadita a la canción.

Y la escuché el otro día de casualidad ya no recuerdo donde, y recordé aquella querida Lechuga. Buen auto carijo. Confidencial recinto de muchas charlas. Siempre bien cuidada por su dueño. Que también cuidó siempre de forjar una amistad irreversible con el loquito The Cure. Y encima, educadora musical. Par de años después, seguía siendo tan fanático de The Cure como el primer día. Pero la tolerancia musical era mucho más amplia que al inicio. Tanto que no pude dejar de interesarme y mucho por una canción particular, distinta, especial, que empezaba a oler como un espíritu joven... de un grupo que se hacía llamar Nirvana... pero bueno esa será otra historia, ya para entonces la Lechuga desandaba caminos que sólo Dios sabe a donde la llevarían con su equipo de música, con su resistencia made in Rusia...y con parte de mis recuerdos bien guardados para siempre en alguna parte de su chasis.

"... the future's, open wide... hummmm"

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